jueves, 1 de noviembre de 2012

Los muros de mi patria


Miré los muros de la patria mía
si un tiempo fuertes, ya desmoronados
de la carrera de la edad cansados
por quien caduca ya su valentía.
F. Quevedo

Corpulentos muros circundan tu pecho
colocados por ti mismo; fracasada
tu forma cónica endeble ya por el tiempo,
tu ánimo torpe por el intento.
Razonamientos encorvados
emancipan en tu mente
la negra ira de tu espada,
de tu aliento,
aliento ebrio por tu enfermo pecho.
Siendo el camino de tus hechos
no más ancho ni más largo
que el de cualquier otro de los nuestros
sí has topado con encrucijadas
que te han guiado hasta el infierno.
Tus muros habían vuelto a desmoronarse
abriendo de nuevo tu pecho
y una vez más fuiste apuñalado
por rebelde espalda emancipada,
por tu enemigo,
tu fatal fortuna,
que no fue más que aquella encrucijada.
Cicatriz mal curada que abre y cierra
tu herida a su antojo.
Siempre estás a su disposición
ante su mandato fraudulento:
tu recuerdo.

Vikowski

2 comentarios:

  1. Me gusta, me gusta mucho. Invita a la reflexión...cuántos muros levantados, cuántas encrucijadas, cicatrices mal curadas... y siempre el recuerdo. Me gusta

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  2. Reconozco que en poesía soy un advenedizo y suelo hacer como con el vino, me dejo llevar por la intuición más que por el cerebro. La sensación/emoción que suscita es equivalente a un gran reserva. Brindo por ti.

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