martes, 25 de junio de 2013

Herejía del escarabajo: (des)montando a los Beatles I



Herejía inicial: manual para inexpertos. Llegar hasta el ecuador de nuestra vida oyendo a nuestros músicos favoritos diciendo que una de sus principales influencias es The Beatles y a gente con criterio musical decir una y otra vez “¿Tú has escuchado a los Beatles?”, chirriaba en nuestra cabeza. Tanto que, como mínimo, debíamos dedicarle algo más de atención. Pues bien, durante un largo tiempo hicimos el repaso discográfico que se merecía y este es el resultado.

¿Conocemos realmente esta banda o solo sabemos de su trascendencia a través de un reducido número de canciones, quizás no todas ellas las mejores?

Tomemos prestadas las palabras del gran Gene Simmons: “Cuando John Lennon dijo que Los Beatles eran más populares que Jesús, tenía razón. Había partes en el mundo donde la gente nunca había escuchado hablar de Jesús, pero habían escuchado a Los Beatles”. ¿Qué comentarios podemos aportar sobre una banda que lo ha significado todo en la historia de la música contemporánea? Nada más que herejías.

Trabajos de actualidad sincrónica pero sin trascendencia diacrónica. Los primeros cuatro discos no van más allá de cualquier banda de rock n´ roll de la época como The Yardbirds, The Monkees, The Turtles o The Kinks (los nombres elegidos parecen provenir de la misma fuente de inspiración). Para nosotros, los herejes, todo el sonido de esta época, exceptuando siempre algún que otro tema, se resume escuchando el tema central de la película dirigida por Tom Hanks, muchos años más tarde, The Wonders, That thing you do! Sobre esta etapa recogemos de nuevo una sentencia de Gene Simmons: “Si te fijas en Los Beatles, no tienen nada original, pero cuenta con elementos de cierta creatividad. El resto, lo pidieron prestado de aquí y de allá. Los Beatles son una mezcla de Chuck Berry y Little Richard”.

Help! Todo sigue igual aunque ya se va notando la intencionalidad de crear algo distinto en la canción homónima, o con  la influencia de Dylan en You've Got to Hide Your Love Away. Sí, allí estaba también Yesterday.

El inicio del cambio: Rubber Soul. Como reza el propio título, el soul brota por los acordes de este disco que probablemente sea el primero en poder llamarse así. Es decir: se compuso como tal y no como los anteriores, que eran recopilaciones de canciones sueltas. Destacan temas como Drive my car o, sobre todo, The Word, un corte sesentero exquisito.




Pasemos raya y prescindamos de esta época de la que hemos hablado. Queda fijada la segunda herejía.

Revolver: el primer golpe. Lennon y McCartney empezaban a rendir al máximo. Una obra considerada, con toda la razón, de las mejores de su discografía, aunque contenga la ñoñada de Yellow submarine. ¿Por qué? Una cuidada producción en arreglos llena de soul, rock ácido y los primeros toques psicodélicos, producto de la experimentación con drogas propias de la época. A la ya archiconocida, pero no por ello inferior, Eleanor Rigby, se le suman títulos como She said, She said, Tomorrow Never Knows (con una sencilla línea de bajo pero endiabladamente psicodélica) o el grito de guerra que nos abrió definitivamente la puerta a la guarida del escarabajo: Got to Get You into My Life.

Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band: tercera herejía. ¿Mensajes subliminales empapados de ácido o búsqueda de cinco pies al gato por parte de impertérritos y aburridos críticos musicales? Un sonido exquisito abandera una de las mayores influencias de la historia de la música, o al menos eso dice la prensa especializada. Desde nuestro trono herético y con intencionalidad descarada, saldaremos con un réprobo “no será para tanto”. ¿No sobran canciones? Desde luego, no fueron rácanos y nos espetaron sin dudarlo la muy roquera Sgt. Pepper's, Lucy in the Sky with Diamonds o With a Little Help from My Friends. Esta última, como sucede con otras muchas canciones suyas, queda muy mejorada en la voz (y manos) del sempiterno Joe Cocker.




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