Después
de veinte años pintando una pared
La
pared nos dice: “I´m sorry, play it again”.
¿A quién le echas la culpa de la nueva
situación?
Si no es a Yoko Ono, que sea a Def Con
Dos.
Para que una
sociedad se movilice, primero tiene que haber un impulso, una denuncia previa.
Máxime cuando se trata de una sociedad estática (y extática) como la nuestra. Para
que miles de españoles se echaran a la calle aquel ya histórico 15-M, hubo
antes declaraciones, publicaciones de escritos, miles de denuncias… En este
sentido, la pintura, el cine, la literatura o la música tienen mucho que decir:
es su responsabilidad enviar mensajes de reflexión. Las artes deben evadirse de
las difíciles situaciones coetáneas o transmitir placer, pero también deben
implicarse en la transformación de las sociedades como abanderadas del progreso
e impulsoras de los grandes cambios que deben sufrir si se quiere marchar hacia
delante sensatamente.
La música es un
arte que nunca ha sido ajeno a ello. Géneros musicales como el rap, el punk y
el metal-rock son los que más se han implicado en denunciar, aconsejar, hacer
pensar, con lo que eso conlleva. Pero, ¿qué pasa cuando estos géneros se funden
en uno? Pues que aparecen grupos como Def Con Dos. Seis dementes contra el
mundo que “cambiaron de ideología” porque no fueron invitados al bodorrio palaciego
de la hija de cierto expresidente, y “de vivir como monárquicos recalcitrantes,
pasaron a republicanos de carácter dialogante”.
Un grupo De poca madre, defensor de las lenguas
de Ultramemia (o lo que es lo mismo, España) y la cultura en todo su ancho significado.
Un país, ahora más que nunca, que se viste de “pasodoble y juerga flamenca”
donde “te morirás de asco
bordando con tu tedio su bandera”.
Aquellos
que se declaraban pirómanos y denunciaban el mal uso de los grandes escenarios
de la ópera por parte de solo cuatro elegidos, mientras Montserrat Caballé
lloraba a lágrima viva viendo cómo ardía El Liceo. O solicitaban con auténtica
vehemencia la vasectomía por decreto para los padres irresponsables.
Grupo
visionario donde los haya, que vio venir el reventón de la burbuja inmobiliaria
y los actuales desahucios en Hipotécate
tú. Que se aprendió al dedillo los Santos Evangelios para trabajar en la
Gran Multinacional Que Nunca Quiebra, proporcionándole una “paga extra, un mes
de vacaciones, una parroquia, un cáliz y sus cuatro pobres”. ¡Ay, cómo se viene
a la memoria ese “España, aparta de mí este cáliz” del genial César Vallejo!
Banda que
denunció el olvido del pasado en Alzheimer;
la manipulación de la historia, en la que nada sorprende “el poco disimulo con
que todo el mundo cambia de chaqueta, corbata, gabardina o chándal, pero nunca
de gallumbos”.
Preguntado por
su último disco, el líder del grupo César Strawberry, dice que con él buscan
cárcel. Y no es de extrañar. Con un claro y directo “defínete, arriésgate, toma
partido”, empujan a las masas a no quedarse de brazos cruzados ante la
situación actual. En España es idiota
responden con un “Ecce homo somos todos” a esa tan innecesaria como ridícula
consigna de “¡Yo soy español!” que no viene a cuento. Y en El cazador de elefantes califican a quien todos sabemos de salvaje,
putero y cocainómano (¡Dios santo!):
¿Quién
es este Peter Sellers bolinga y desganado
Que
jugó a ser cazador y terminó cazado?
…
Tarzán
clama venganza, Tarzán planea su guerra
Porque
dos reyes son mucho para una sola selva
A estas alturas
solo se nos ocurre pedirles a los Def Con Dos que es el momento de que eleven
la alerta y pasen a llamarse Def Con Tres.
Menos mal que
el grupo siempre se toma todo con mucho humor y nos dejan siempre con una
sonrisa en la boca cuando representan estereotipos y situaciones cotidianas. A
ver si identifican a estos señores.