The 2nd Law de Muse. Que
Muse es ya la banda referencia del Reino Unido es un grito a voces y una
realidad, incluso por encima de Cold Play, que ya es decir. Nos encontramos con
una obra épica en el sentido más literal del término. A lo mejor no es el mejor
disco del trío, pero es un trabajo especial que ha ido conduciendo el sonido de
la musa hacia un experimento de efecto pop rock progresivo donde hay para todos
los gustos: desde la declaración de intenciones que supone el arranque intenso
de Supremacy hasta la ochentera tipo INXS Panic Station; desde la olímpica Survival hasta las hímnicas, aunque
demasiado extensas, The 2nd Law I y
II, pasando por la bailonga y revientagargantas Follow me. Seguro que los estadios se llenarán hasta la bandera. ¿Serán
capaces de mantener esta línea?
The Connection de Papa Roach. Después
de asistir a la incursión en los últimos años de la música electrónica en el
rock y tras leer la entrevista realizada por Rockzone a esta banda, muy poco
esperábamos del resultado de este disco. Temíamos toparnos con la torpeza de A Thousand Suns de Linkin´ Park o The Path of Totality de Korn. Pero ni
rastro de esas expectativas: los toques electrónicos aparecen lo justo para
enriquecer el sonido fresco y divertido que este grupo demostró desde siempre. Lo
más destacado: el sonido brutal de la batería y Jacoby Shaddix, que parece haber
querido darlo todo antes de que próximamente sea operado de sus cuerdas vocales.
Black Traffic de Skunk
Anansie. Su último disco
es atemporal, no sabríamos si colocarlo en el año 1987 o en 2024. Un trabajo de
contundente sonido en el que no sobra canción alguna, sin ningún
bajón y con un estilo que
ya habíamos catado en discos como Stoosh.
Skin, la cantante, parece tener el mismo ADN de Grace Jones, un cruce entre una
pantera negra y la mujer de ébano, que aporta un toque muy personal a la voz. No
te dejará indiferente.
House of Gold & Bones - Part 1 de Stone Sour.
La vuelta a los ruedos de esta
banda que fundaron dos miembros de lo que sería posteriormente Slipknot nos
presenta un disco que parte de una historia escrita por el propio Corey Taylor.
¿Un disco conceptual para impresionar a las masas, para dárselas de
intelectuales? Ellos mismos lo encuadran entre el Dirt de Alice In Chains y The
Wall de Pink Floyd. No será para tanto. Pero, ¡qué más da! Una excusa como
otra cualquiera para encañonarnos con un fantástico álbum lleno de grandes
temas. Gran tributo al metal de los 80 y 90 con un Taylor que muestra su
lado más melódico. ¡Qué gozada los estribillos de Tired o Absolute Zero!
III de Toundra.
Si hay una banda que ha destacado dentro del panorama nacional independiente en
los últimos años, esa es Toundra. Que se les solicite en países como Francia o
Polonia no es una casualidad, sino el resultado de un trabajo hecho con gusto,
fruto de la inspiración de estos madrileños. Tal y como ya se vislumbraba en su
primer disco, dejan volar su imaginación a través de un rock instrumental para
sumergirnos en unas atmósferas impredecibles y embrujadoras. Junto con otras
bandas como Morgana Vs. Morgana o Exxasens, por primera vez nuestras fronteras
aparecen remarcadas dentro del mapa mundial experimental.
Omertá de Adrenaline Mob. Disco con el que el
metal da un puñetazo sobre la mesa y demuestra a sus detractores que este
género sale victorioso, cuando se lo propone, ante cualquier moda pasajera. Unión
de varias estrellas de esta escena que presentan unos riffs contundentes que no
escuchábamos desde los añorados Disturbed y con los que es muy difícil no
marcarse un headbanging. Pongamos como ejemplos Indifferent o Undaunted. Imposible no
disfrutar con la precisión en las baquetas del señor Portnoy y con la balada que siempre es necesaria en este tipo de discos, All on the line:
XXX de Asia. La banda de progresivo más comercial no nos sorprende por
cambio de estilo. Parece que los años no hayan pasado por ellos y cuando nos
venimos a dar cuenta, ya estamos a mitad de álbum tarareando bajo falsete
algunas de sus dulces melodías. Un caramelito que no debemos despreciar.
Fire Make Thunder de OSI. El proyecto musical de Kevin Moore y Jim Matheos nos viene regalando
desde 2003, y cada tres años, universos musicales que bien podrían formar parte
de la banda sonora de una película oscura. Una música diferente para oídos
selectos que buscan sonidos metaleros, pero relajados, que te trasladan a situaciones
invernales muy propias para abrigarse y tomar una copa de vino. Sin que llegue
a alcanzar el nivel del álbum Free,
no desentona en absoluto con la línea marcada allí, como se demuestra desde el
primer corte Cold Call. No está nada
mal para un disco creado en los ratos libres que les dejan a estos músicos sus principales
ocupaciones.
Damage Control de Jeff Scott
Soto. El AOR es el estilo que manda en este disco y que podemos
degustar desde la primera canción Give a little
more o en la propia Damage control.
Un hard rock melódico lleno de estribillos pegadizos con frecuentes puentes
hacia un tono más alto que hacen recordar a los mejores Bon Jovi. La elección
de este disco no se debe tanto a su brillantez como a querer destacar la figura
de este artista de origen latino que posee unas portentosa y educada voz. Entre
su currículum destaca su trabajo con Yngwie Malmsteen, Axel Rudi Pell, Talisman
o el haber prestado sus cuerdas vocales al grupo ficticio creado para la
película Rockstar.
Con una de las canciones
centrales de esa película lo damos por presentado.