domingo, 30 de octubre de 2016

Record-mendaciones para otoño e invierno 2016

Prayers for the Damned Vol. 1 de Sixx: A.M. El rock moderno que se presentó hace ya varios años con Heroin Diaries Soundtrack, y continuó con This Is Gonna Hurt y Modern Vintage, sigue adelante, sumando producciones brillantes, comandadas por un icono del rock como es Nikki Sixx y sustentadas por una tripulación más que aconsejable (el productor y cantante James Michael y DJ Ashba, a la guitarra). Ideas sugerentes con estribillos pegadizos con un porcentaje justo de comercialidad, que invitan al movimiento corporal y al tarareo. Se les nota muy convencidos y cómodos con el asunto, que no era cosa de un experimento pasajero o una vía de escape para Nikki: el proyecto es una realidad como grupo. Y Nikki está que se sale: por un lado, acaba de presentar la película Mötley Crüe: The End; por otro, trabaja en el lanzamiento de la segunda parte de este disco, Prayers for the Blessed Vol. 2, que será presentado en breve.




Black Star Riders. O lo que es lo mismo, la banda tributo a Thin Lizzy. Cuando decidieron grabar material propio cambiaron su nombre y crearon dos obras: All Hell Breaks Loose en 2013 y The Killer Instinct en 2015. Si te gustaban aquellos también te gustarán estos. Con solo oír los primeros acordes de los temas Bound For Glory, Bloodshot o Kingdom Of The Lost, que retoma las raíces celtas, ya sabrás de qué va esto. Una propuesta divertida, fresca y honesta, de la que estamos seguros que el mismísimo Phil Lynnot estaría satisfecho. Recientemente pasaron por el Rock Fest de Barcelona (en formato Thin Lizzy) dejando un buen sabor de boca.



Hurtsmile (2011) y Retrogrenade (2014) de Hurtsmile. Indagar en qué habría sido de Extreme, aquella banda que nos deslumbró en los 90, nos llevó a saber qué había sido de su cantante, Gary Cherone. Tras la disolución de Extreme y hacer una parada en la estación Van Halen para grabar un disco con la mítica banda, inició este proyecto que ha dado a luz dos grandes trabajos. El primero es más homogéneo, una evolución más moderna del género al que nos tenía acostumbrados, con riffs que recuerdan incluso a los sonidos de Rage Against The Machine, como podemos comprobar en temas como Love Thy Neighbor. El segundo se muestra más pensado, menos directo, aunque suene mucho más a las composiciones de Gary Cherone junto a su media naranja en Extreme Nuno Bethencourt como Sing A Song (My Mia) o Anymore (Don´t Want My Love), en la que el vocalista se luce recordándonos que no ha perdido ni pizca de calidad.




Book of Shadows II de Zakk Wylde (2016). Intimista trabajo del que otrora fuera el descubrimiento de Ozzy Osbourne y relevo de Jake E. Lee. Segunda parte de algo iniciado 20 años antes y que se distancia mucho del sonido al que nos tiene acostumbrado en su banda Black Label Society. Guitarra acústica en mano como principal instrumento, la Bestia se convierte en Bella para ir desgranando canción tras canción la parte más sentimental y dulce del rockero. Destacaremos el solo de guitarra de Darkest Hour, que bien vale medio disco por su intensidad y porque posee un fraseo muy emotivo.



Ellipsis de Biffy Clyro (2016). No nos equivocamos en este blog cuando presagiábamos en 2013 que esta banda ya era el presente del rock internacional y con la que el futuro del rock estaba asegurado. Tras la apabullante intro Wolves Of Winter se despliega una lista de emocionantes y grandísimas composiciones que llegan muy adentro: los cambios de ritmo en Animal Style, la lenta Re-arrange, la bailonga Flammable o la despedida cañera en la edición Deluxe In the Name of the Wee Man.

¿Por qué no pierdes un poco de tiempo conmigo?
¿Puedes darte cuenta de que mi cabeza es un jodido carnaval?
Todo lo que quiero sentir es una pequeña descarga química
Todo lo que sé es que no pasará mucho tiempo
Te comeré viva, solo soy un puto animal.
                                                             (Animal Style)
Es imposible escuchar este disco y no imaginarse un escenario con los de Escocia encima y el público en medio de un descampado. Superar el listón colocado por su anterior trabajo, el impresionante Opposites, era casi imposible. Pero aquí está esta obra que a lo mejor no lo supera, que quizás suene un poco más popera, pero igual de bien.



Back to the Earth de Exxasens (2015). Un ejemplo más de banda de prog post rock español, como Jardin de la Croix o los fantásticos Toundra, que tiene mucha más aceptación fuera de nuestras fronteras, en países como Polonia, Francia o Rusia que en nuestra "querida madre patria". El disco se convierte en un espacio de tiempo para disfrutar con melodías muy sugerentes que trasladan a lugares oníricos, muy lejanos y que servirían perfectamente para una BSO.





Hand.Cannot.Erase de Steven Wilson (2015). El gurú del progresivo. Sin que nos haya dado tiempo a empezar a catar su último disco 4 ½ y a sobreponernos de felicidad de su anterior The Raven That Refused to Sing (And Other Stories), nos hemos sumergido de lleno en esta obra maestra del mundo progresivo en la que el genio de este género ha contado con la participación de, entre otros, Guthrie Govan a las guitarras o Marco Minnemann a la batería. Se trata de un todo de múltiples facetas, de un trabajo lleno de matices de composición influenciado por todas las facetas de este gran compositor. Temas llenos de nostalgia y melodía como Hand.Cannot.Erase o Routine, propios de su aventura israelí en Blackfield; otros como 3 Years Older en un auténtico estilo progresivo; Ancestral o Happy Returns que recuerdan a sus Porcupine Tree y su profundidad y elegancia; composiciones más electrónicas y ambient como Perfect Life, más en la línea de sus No-Man; Regret #9 es una monstruosa composición instrumental capitaneada por dos solos (uno de teclado y otro de guitarra) que hacen temblar de gusto a cualquier oído.
Algunos críticos han dicho de esta obra que se acerca bastante a la idea de composición y a la calidad musical de The Wall de Pink Floyd. El tímido e introspectivo Wilson ha rechazado estas afirmaciones, no cree que sea así, pero a este blog se le antoja una creación bastante cercana a esos niveles.



California Breed. Tras la pelea de gallos y ruptura de Black Country Communion en 2013, Jason Bonham y Glenn Hughes ficharon a un jovencísimo guitarrista llamado Andrew Watt para formar esta banda y crear su homónimo disco en 2014, una obra que hace relamer a cualquier seguidor de tremendos talentos. El sonido es un punto y seguido al de BCC, quizás con un añadido de rock setentero y un diminuendo de blues, con grandes composiciones rentabilizadas por la imperecedera voz de Glenn Hughes como la rítmica Sweet Tea, la stoneana Spit You Out o la desgarradora All Falls Down.
Hace pocos meses Bonamassa y Hughes han fumado la pipa de la paz y BCC han anunciado la vuelta a los estudios para 2017. Nos relamemos nuevamente.



Blues of Desperation de Joe Bonamassa (2016). Vuelta esperadísima del neoyorquino al blues, a sus auténticas raíces, y retomar el rumbo que dejó para aportar grandes cosas en otros lares. Eso sí, por nosotros puede volver a escaparse más adelante otra vez. Es decir, que puede ir y venir cuando quiera, que el rumbo que coja da igual, siempre hace buen camino. El tipo entró al estudio y a los cinco días salió con un disco debajo del brazo. Bueno, ¿y qué hay de nuevo en este disco? Novedoso nada, simplemente suma nuevas y buenas composiciones bluseras que se mueven entre lo más clásico como No Good Place For The Lonely y el nuevo blues como Mountain Climbing. Todo lo demás es de sobra conocido: buena voz y mejor guitarra. Pónganse una copa y disfruten de How Deep This River Runs.